¿Qué es un accidente cerebrovascular?
Un accidente cerebrovascular se produce cuando el suministro de sangre al cerebro se bloquea total o parcialmente. Los accidentes cerebrovasculares se producen por la obstrucción de una arteria cerebral (accidente cerebrovascular isquémico) o por una rotura repentina que provoca una hemorragia cerebral (accidente cerebrovascular hemorrágico). En torno a un 85 % de los accidente cerebrovascular son isquémicos y solo un 15 % son hemorrágicos.
1 de cada 4 personas sufre un accidente cerebrovascular en su vida. Un 60 % de los accidentes cerebrovasculares los sufren personas de menos de 70 años. Aunque el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular aumenta con la edad, un 16 % los sufren menores de 50 años.
En algunos casos, un accidente isquémico transitorio (AIT) precede a un accidente cerebrovascular. Un accidente isquémico transitorio (AIT) suele denominarse un «mini-accidente cerebrovascular». Provoca los mismos daños neurológicos que un accidente cerebrovascular, como visión borrosa, dificultad para hablar y signos de parálisis. Sin embargo, la mayoría de los síntomas de un AIT desaparecen tras una hora, mientras que los déficits neurológicos causados por un accidente cerebrovascular persisten más de 24 horas. No obstante, un AIT debe tomarse muy en serio. Indica que algo va mal en el riego sanguíneo del cerebro y puede ser una señal de advertencia de un derrame cerebral inminente. Por lo tanto, es necesario someterse a una revisión médica completa si usted o alguien que conoce experimenta alguno de los síntomas mencionados. En un 30 o 40 % de todos los accidente cerebrovascular no se descubre una causa clara con los métodos de diagnóstico habituales. Estos casos se clasifican como ACV criptogénico.